Jacobo Urso nació el 17 de abril de 1899 en Dolores Provincia de Buenos Aires, hijo de Jacobo de nacionalidad italiana y de Rosa Florio, y tuvo 11 hermanos.
Llegó a San Lorenzo en 1914 para incorporarse a la sexta división, en 1915 jugó en tercera y su debut en primera fue nada menos que el 7 de mayo de 1916 en coincidencia con la inauguración del Gasómetro de avenida La Plata.
Jacobo Urso tuvo una actuación destacada con nuestra camiseta lo que derivó a que sea convocado para integrar el seleccionado de la Asociación Amateurs, como half izquierdo defendió nuestros colores en 107 ocasiones convirtiendo 6 goles.
Durante 1919 y 1920 tuvo un gran nivel futbolístico, que aún fue superior en 1921, el comienzo del año 1922 no pudo ser mas auspicioso, en la 1º fecha San Lorenzo derrotó por 1 a 0 al poderoso equipo de San Isidro y el gol lo convirtió Urso.
El 30 de julio de 1922 San Lorenzo enfrentaba a Estudiantes de Bs. As. en Palermo, Jacobo Urso fue en búsqueda de un balón con la garra que lo caracterizaba y tuvo un choque con dos jugadores rivales (Comolli y Van Kammenade) este accidente provocó la fractura de una costilla de Jacobo Urso, pese a esta situación Urso siguió defendiendo la camiseta azulgrana, no le importó el pedido de sus compañeros y amigos para dejar el campo de juego, el siguió luchando por la gloriosa camiseta de San Lorenzo, al finalizar el cotejo que ganó San Lorenzo cayó desvanecido, la costilla había perforado un riñón.
Fue internado en el Hospital Ramos Mejía donde fue operado dos veces, la multitud vivió de cerca toda su agonía que duró una semana falleciendo el 6 de agosto de 1922 a las 18:05, su féretro fue paseado a pulso dentro del Gasómetro por los integrantes de la poderosa Selección de Checoslovaquia que se encontraban haciendo una gira por Sudamérica.
Su cuerpo fue velado en su domicilio, (Beaucheff 811) y bajo una persistente llovizna más de 7.000 personas acompañaron sus restos hasta el viejo cementerio del Oeste (Chacarita).
Su gran entereza, su amor por nuestra divisa y su enorme deseo por no ver caer sus colores queridos, no le permitieron entender las consecuencias de su actitud.
En este mundo de hoy donde prevalecen las mezquindades es muy difícil entender como Jacobo Urso entregó hasta su vida por San Lorenzo de Almagro
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